IGUALES (O Encuentro)
Lo vi en otros ojos, lejanos, fríos,
sumergidos en esa oscuridad
enferma do la porfiada maldad
fabrica su nido brutal e impío.
El destello insistente, el desvarío,
la sonrisa infantil, la mocedad,
aquella inconfundible levedad
que atrae con elegante atavío.
La risilla, el tono, el gesto casual,
la caricia falaz y desabrida,
la palabra, la invitación mortal.
Lo supe, lo reconocí enseguida,
solo otro monstruo conoce a su igual,
otro, que a su competencia liquida.