jueves, 2 de julio de 2015

EL JUICIO UNIVERSAL

 Reproduzco a  continuación  una  entrada de  otro de  mis  blogs,  y  que  no  desentona en lo más  mínimo. Los  invito



EL JUICIO UNIVERSAL
Giovanni Papini

               Mi  historia  con “El Juicio Universal” de  Giovanni  Papini se  remonta  a  mis  visitas, desde  niño, a  la  peluquería del señor  Reyes (de quien,  debo confesar, nunca supe el  nombre).Este  singular  personaje,  tenía  en una  sola  mesa,  para la  entretención de  sus  clientes,  las  últimas  noticias  del deporte, la  chica  desnuda  del mes,   una  colección de  cuentos de  Borges,  unas  greguerías de  Ramón Gómez de  la  Serna, y  una  que  otra  obrilla   en edición Quimantú,  que  variaba constantemente,  pues  alguien siempre  terminaba  llevándosela. Fue  allí que  me  encontré  con “El Juicio Universal”.
             En la espera  insoportable de  la  peluquería (gracioso  me  resulta  escribirlo, pues  ahora  he  perdido casi todo mi otrora  crespo cabello), y por  años, fui  leyendo  este ladrillo maravilloso y arquetípico  que  me  permitió conocer  a  montones de  personajes, reales  y ficticios, que  luego  me  reencontré  en las  clases de  literatura, historia, filosofía  y teología. Y como  siempre  me  han  impactado las obras clásicas, esas donde  el lenguaje   fluye  desde  alguna  dimensión   desconocida  con una fuerza  telúrica que  te  abofetea  el mal gusto circundante,  lavándote  el sentido y te  pone  a  tomar las  onces  en silencio,  agradecido y humilde,  como enseñado por una  madre  estricta  y cariñosa, así mismo   me  sentía, y me  siento, cuando leo esta obra impactante,  digna  de  un  genio  posible solo a Papini.
No tienes  que  leerla  entera  para  que  te  guste,  no tienes  que  leerla  de  un tirón (que es  así precisamente  como no se  hace)  para decir  que  lo estás  leyendo, ni tienes que  concordar  con todos los juicios  expuestos,  para reconocer  el misticismo  de  intención  y  el realismo  del lenguaje. Tengo amigos  que  sólo han  leído  uno  de  sus testimonios, el preciso,  el suficiente  para  conmoverse  hasta  las  lágrimas. Uno  de  ellos  es  mi amigo Elwin  Álvarez, quien  escucha con emoción  contenida las  palabras  supuestas de  Pedro Bernardone, padre de  Francisco de  Asís,   y  sentir que  son las  de  su propio  progenitor, don  Eleuterio,  quien  le  confiesa  su   porfiada  incomprensión, pero a  la  vez su amor  a  toda  prueba ,  su cariño  desmedido y su incondicional aceptación.
            ¿De qué  trata este hermoso libro?  Imaginen que  han  sonado las  trompetas del  Juicio  Final, resucitan  los  muertos de  todas  la  épocas, y, uno  a  uno, se  presentan   ante  el Divino Tribunal. Los  ángeles  exponen  su caso, y, como última oportunidad, ante  el nuevo descubrimiento de  la  Presencia Eterna,  exponen sus  razones, defienden sus motivos, o incluso, se encierran en sus  odios   enconados, en sus miedos  invencibles y en sus rechazos  totales. En este  contexto desfilan frente a  nosotros  personaje tan variopintos  que   comprendes  al poco andar que no requieres  seguir  el orden  propuesto, si no que, en cambio, puedes iniciar por  los que  te  parezcan  más cercanos  para decantar  en quizá  años de  lectura, por  aquellos desconocidos y  que sean  tal vez los que  te  proporcionen mayor   entendimiento  y  sabiduría.
            Un texto ampliamente  recomendable  y  que espero puedas  compartir  con  otros.

2 comentarios:

  1. Segunda vez en que leo este texto tuyo...¿Me equivoco o le hiciste algunos arreglos? Tengo una deuda con este autor de adentrarme en su obra de una vez, al que conozco desde niño gracias a la dramatización radial que daban todos los días en tiempo de Adviento de "Soliloquios de Belén". Gracias una vez más por acordarte de mi papá, quien como bien sabes te adoraba y en su singular sabiduría sentía resquemores por el amigo al que más amaba en aquellos años y que al final demostró no valorarme, a diferencia tuya y de otr@s que han sido una verdadera bendición para mí. Y por cierto, enriquecerías tu texto poniendo al menos una cita textual que ejemplificara la belleza de la prosa de este libro. Espero atento nuevas entradas tuyas en este blog y su hermano.

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  2. Querido Elwin: Este autor tiene para mì una particular importancia pues , ademàs de los Soliloquios de Belèn, disfruté, como indiqué en el textos, de El Juicio Universal desde chico, pero tambièn me impacté mucho su libro La Vida de Cristo, escrito, tengo entendido en la època no-creyente del autor. Otras joyas de Papini son: Gog (que tù me regalaste), El Crespùsculo de los Filófosos y el Libro Negro, entre muchos màs.
    Bueno, respecto de tu padre , no puede ser menos ya que siempre fue un referente para todos os que desde jóvenes visitamos tu casa y que siempre, nos acogió con la calidez y simpatía (más de alguna humorada con él tengo por ahí) que lo caracterizaba, y por cierto ese amor a toda prueba que siempre te demostró, a pesar de vuestras peleas, malos entendidos y planes de vida distintos. ¡Dios tenga a don Leuta en su santo Reino!
    Muchas gracias por tus comentarios.

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